Los bioinsumos mejoran la producción en la región del Maule, Chile

Los agricultores chilenos de la región del Maule están utilizando bioinsúmenes derivados de Trichoderma para mejorar su producción, salud y sostenibilidad ambiental.

Con gran éxito, agricultores de la región del Maule, en Chile, utilizan bioinsumos generados a partir de la mezcla de cepas de microorganismos endófitos nativos del género Trichoderma para mejorar su producción y además obtener beneficios para su salud y aumentar su aporte a la sostenibilidad ambiental.

Su trabajo, así como sus muchos años de experimentación y prueba, es una de las iniciativas dadas a conocer mediante la Plataforma Hemisférica de Bioinsumos, cuya Secretaría Ejecutiva gestiona el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).

Los endófitos se definen como microorganismos que pasan la mayor parte o todo su ciclo de vida colonizando el interior de una planta hospedera, sin causar daño evidente. Estos microorganismos son capaces de conferir características benéficas a las plantas, ya que desempeñan múltiples funciones en su favor como control de insectos plagas, antagonismo de patógenos de plantas y la promoción de crecimiento vegetal, entre otros.

“Hemos logrado ser más amigables con el medio ambiente y nos ha ayudado a asegurar la salud de nuestros floricultores, porque estos productos no contienen químicos y además hemos obtenido flores de corte y ornamentales de primera calidad”, explicó Isabel Ávila Vergara, jefa técnica de la unidad PRODESAL, de la comuna de Maule en Chile y especialista en floricultura.

Esta experiencia surge de los esfuerzos en investigación, desarrollo y promoción de bioinsumos realizados por el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIA) de Chile, a través del Centro Nacional de Bioinsumos, el cual, bajo un estricto proceso de desarrollo tecnológico, creó un bioinsumo para complementar las acciones de manejo integrado del cultivo para miles de productores de la agricultura familiar.

De esta manera, cultivadores de hortalizas, cereales, flores y frutales menores se han visto beneficiados gracias al desarrollo de esta tecnología de origen biológico.

Los productores son conscientes de que es necesario un cambio de paradigma, que haga posible una agricultura que no sea solamente productiva sino también sostenible y ambientalmente amigable. De allí surge el interés de estos productores chilenos por comenzar a trabajar con los bioinsumos, a quienes el tiempo les ha confirmado que su apuesta es la correcta; así lo expresó Leila Ruiz, floricultora del sector Fundo San Juan, comuna de Maule. “Estoy tratando de implementar en todos mis cultivos los productos biológicos y la verdad es que he tenido muy buenos resultados en cuanto a los hongos y las plagas y he tenido una excelente floración”.

“En el INIA reconocemos el potencial transformador de los bioinsumos en la agricultura chilena”, afirmó Lorena Barra, directora del Centro Nacional de Bioionsumos de Chile. “Estamos comprometidos en apoyar iniciativas de investigación y desarrollo que promuevan la innovación en este campo y proporcionen a nuestros productores agrícolas las herramientas necesarias para mejorar su productividad de manera sostenible” complementó la investigadora.

“Es crucial destacar que el correcto desarrollo tecnológico de los bioinsumos desempeña un papel fundamental en la garantía de su calidad y efectividad biológica. Un proceso de investigación riguroso y una validación científica sólida son indispensables para asegurar que estos productos cumplan con los estándares más altos en términos de seguridad, eficacia e impacto ambiental. En este sentido, el respaldo de las instituciones de investigación como el INIA, es primordial para impulsar el desarrollo, la adopción y el buen uso de tecnologías”, dijo Harold Gamboa, especialista en Innovación y Bioeconomía del IICA.

El éxito de los agricultores en la región del Maule, comuna que por muchos años hizo un uso intensivo de agroquímicos, al utilizar bioinsumos, resalta la importancia de seguir explorando y desarrollando tecnologías de base biológica en los sistemas agroalimentarios de América Latina y el Caribe (ALC). Sin embargo, para seguir avanzando en este camino, es crucial no solo confiar en los éxitos locales, sino también aprovechar la cooperación internacional y las experiencias generadas por otros países e instituciones de investigación de la región.

La creación y puesta en marcha de un espacio internacional de colaboración, como la Plataforma Hemisférica de Bioinsumos es un ejemplo destacado de cómo se puede fomentar la cooperación y el intercambio de conocimientos para fortalecer el desarrollo científico y tecnológico de los bioinsumos en ALC.

De acuerdo con Gamboa, esta plataforma reúne a investigadores y profesionales con amplia experiencia representantes de instituciones nacionales, empresas y otros actores de más de 11 países de la región para ofrecer herramientas de referencia y promover el buen uso de las tecnologías de base biológica.

A través de esta colaboración, se pueden identificar mejores prácticas, compartir lecciones aprendidas y acelerar el progreso en este campo crucial para la agricultura sostenible de las américas.

La plataforma tiene como objetivo promover y fomentar la adopción y uso de los bioinsumos en las Américas, a fin de lograr una agricultura sostenible y productiva que contribuya de manera positiva con el equilibrio ambiental, la preservación de la biodiversidad, el aseguramiento de la salud humana y la obtención de alimentos seguros y de calidad.

Además, pretende fomentar los desarrollos científico – tecnológicos, el fortalecimiento y construcción de marcos normativos y regulatorios, la gestión del conocimiento, así como instrumentos de inversión para los bioinsumos en ALC.